El agua es el ingrediente esencial de la cerveza, representa un porcentaje de más de un 85% de su composición. Junto a la malta, el lúpulo y la levadura forman la combinación perfecta para la elaboración de esta bebida.
Históricamente, las fábricas de cerveza se asentaban en las cercanías del cauce de alguna corriente de agua. De esta forma, aprovechaban su localización para abastecerse de esos ríos y manantiales durante todo el proceso de elaboración.
No es raro que el tipo de agua de una ciudad marcase el estilo de cerveza que se produce en el lugar. Sin posibilidad de hacer un análisis detallado para conocer su composición química y modificarla al gusto, la cerveza se elaboraba en función de las características de este ingrediente básico.
El agua no sólo afecta al color, aroma o sabor, también influye en el aspecto de la cerveza y de la espuma. Las aguas más duras permiten obtener con mayor facilidad cervezas negras, stouts o IPAs. Mientras que las aguas blandas son más indicadas para cervezas claras como las pilsen o lager.
A día de hoy se puede replicar cualquier perfil de agua siempre y cuando se conozca su analítica y composición y se cuente con la tecnología necesaria. Para la elaboración de la cerveza, se analiza su composición química, ya que influye en las propiedades de la misma y en su estilo, como hemos comentado. Factores como el pH o la dureza tienen que ser controlados para unos resultados óptimos. Algunos de sus componentes pueden crear sabores extraños, e incluso, llegar a contaminar el líquido. Un requisito indispensable es que sea potable.
El agua está en todas las partes del proceso: desde el enjuague de los granos para su maceración hasta la limpieza y esterilización de la maquinaria cuando termina la transformación. Por ello, es de suma importancia no olvidarse de este líquido tan valioso para la cerveza, analizar sus características y adecuarlas a lo que más nos convenga.
El agua de Sevebrau
Extremadura cuenta con más de 1500 km de costa dulce con una calidad reconocida por sus 8 banderas azules en aguas de interior, algo único en Europa. Las aguas del Zújar llegan a nuestra fábrica para la elaboración de todas las artesanas Sevebrau.
El agua es un bien preciado sin el que no podría existir la vida y tampoco la cerveza. A pesar de una mejora constante para reducir el consumo y la huella hidráulica en épocas de sequía y restricciones, la elaboración de cerveza puede verse afectada, esperemos que por poco tiempo.